martes, 27 de mayo de 2008

Echo & the Bunnymen cancela show en Perú

"Un fracaso más qué importa
si en la vida nunca fui feliz
una pena más es una gota de agua en el océano
para mí un fracaso más qué importa".

Antes de abordar el post que nos atañe, permítanme aprovechar este espacio, usualmente rockeril, para rendir homenaje a uno de nuestros más insignes baluartes del criollismo: don Juan Mosto, talento de talentos y autor de la letra de este temazo Qué importa.

A lo que iba: Este post tiene olor a fracaso porque les anuncio que Echo & The Bunnymen canceló el show que iba a realizar en Lima, el próximo 27 de junio. Sí, tal como lo leen. Según el portal Tu Entrada, la suspensión se debe a la falta de espacio y de local en la capital peruana. Lo curioso es que en el portal del grupo se indica que el concierto que iban a dar en Chile también ha sido cancelado, ¿por falta de local y espacio? En todo caso, el grupo dejó entrever que en los próximos meses planificarían con mayor antelación una gira por América del Sur.

¡Qué decepción! En fin, los peruanos estamos acostumbrados a estos retrocesos de última hora, así que habrá que armarnos de paciencia hasta que a estos chicos (no tan chicos) se les ocurra visitarnos.

Un apunte más: no es chovinismo ni antichilenismo, pero elevo mi más enérgica protesta porque en el comunicado sobre la cancelación colgada en el portal del grupo se menciona al Perú, en primer lugar, y luego a Chile, pero sólo aparece la bandera del vecino país sureño. ¿Tan difícil habrá sido conseguir una blanquiroja? ¿Acaso el huevmaster piensa que Perú y Chile es un sólo país? Observen:


¿Qué opinan?

domingo, 25 de mayo de 2008

Pesadilla de una noche de invierno

En una de esas tantas noches en las que caí víctima del insomnio, en lugar de recurrir al clásico método de contar ovejitas, no pude evitar que se aglomeraran en mi mente ideas delirantes sobre cómo sería mi muerte. La pregunta saltaba en mi cabeza una y otra vez sin que pudiera hacer algo.

En determinado momento, sentí una terrible angustia de que esas posibilidades fueran a concretarse en un cercano plazo. Intenté por todos los medios purgarlas de mi mente, pero fue inútil. Al parecer, mis neuronas habían planeado una insurrección y gobernaban con insanía y a su antojo mis pensamientos. Al notar que era imposible encontrar sosiego, tiré la toalla y, con resignación, me dispuse a pasar la peor noche de mi vida.

Al poco rato, casi de la nada, se me ocurrió combatir la angustia viendo el lado amable a este impulso tanático involuntario. ¿Cómo así? Pues en lugar de solo centrarme en las diversas formas de decir adiós a este mundo, se me ocurrió ponerle letra y música a cada una de ellas. Tras varios intentos de listar los temas, no hallé nada rescatable. Perdido y con la ilusión extinguida, casi al borde de las tres de la madrugada no se me ocurrió más idea que encomendarme a Tánatos (dios de la muerte) y a la eternamente animada Euterpe (diosa de la música y las artes), con la finalidad de que interpusieran sus divinas sabidurías en mi beneficio.

A ambos les pedí consejos sobre qué canción o canciones serían las más apropiadas como cortina musical a mi partida definitiva. Di por sentado que ambos conocían de música, y en especial de rock, así que confié ciegamente en su buen juicio. Luego de haberles enviado el mensaje, me quedé tendido en la cama, con la mirada clavada en el techo en medio de la oscuridad, esperando ansiosamente sus respuestas.

Como buenos dioses, Tánatos y Euterpe se tomaron su tiempo, pero al final, casi a golpe de cinco de la mañana recibí su atenta contestación; la misma que a continuación detallo:

“Estimado Eagle: te somos sinceros al decirte que no es frecuente recibir este tipo de solicitud y menos a una hora tan inapropiada. Está bien que seamos dioses, pero también merecemos descansar y recobrar energías para las duras jornadas que a diario tenemos que cumplir para que tus congéneres intenten vivir sin mayores preocupaciones. Sin embargo, creemos que tu consulta –disparatada y chiflada para nuestro gusto- encaja en la lista de nuestros deberes y obligaciones para con ustedes”.

“Nos cuentas que andas medio peleado con el dios Morfeo y que en tu cabeza ha estallado una revolución que ha tomado el mando de tus pensamientos ipso facto. No te preocupes, que esto suele sucederle a mucha gente de tu edad y condición con bastante frecuencia. Lo mejor que has podido hacer es buscar ayuda para hallar el lado menos truculento a este asunto. Ni bien recibí tu mensaje, me comuniqué con Tánatos y, juntos, empezamos a cavilar para responder a tus requerimientos y complacerte al máximo. A continuación, algunas de nuestras humildes sugerencias:”

“Si alguna vez te encuentras postrado en la cama de un hospital, conectado a varios tubos y con tus pulsaciones por los suelos, en espera de un milagro que te permita seguir entre los mortales; entonces, alguien que haya leído este post, previamente, debe instalar un minicomponente que toque las siguientes canciones:

In a Gadda da Vida (Iron Butterfly): “aguzará tus sentidos y te armará de valor para emprender el largo y perpetuo vuelo cósmico hacia destinos ignotos”.

Destiny (Stratovarius): “sencillamente, porque desde que venimos a este mundo, todo está escrito, y nada ni nadie puede cambiar nuestro derrotero”.

In the Court of King Crimson (King Crimson): “¿Conoces a alguien que no se haya atragantado de la aflicción y melancolía al escuchar el riff principal de esta canción? Esta melodía provocará mares e inundaciones de lágrimas alrededor de tu lecho”.


I’m goin’ home (Ten Years After): “En medio de la incertidumbre, no caería mal un poco de optimismo. Quién sabe, a lo mejor, la estremecedora guitarra de Alvin Lee obra un milagro y te saca del estado de coma”.

Fear of the dark (Iron Maiden) y The Dark side of the moon (Pink Floyd): “Esto no significa que tras haber dejado este mundo, tu alma quedará flotando en medio de las tinieblas. La gruta ciega será una escala temporal hacia una luz brillante que, sin duda, dará lugar a una nueva versión tuya, pero mejorada”.

“De igual manera, dado que gustas de viajar -aunque últimamente te hayas inclinado por el sedentarismo-, entonces lo más probable es que encuentres la muerte sentado en un ómnibus, avión o tren. En cualquiera de estos casos, al encontrar los peritos tu cadáver y tus pertenencias, la pantalla de tu Ipod podría aparecer con las siguientes lecturas:

Stairway to heaven (Led Zeppelin): “qué mejor que un clásico para reservar un espacio en el cielo, aunque el tema no tenga nada que ver con la muerte. Sin embargo, corres el riesgo de que tu subconsciente capte la letra de este tema al revés y, sin querer, acabes con tus restos en una ardiente butaca en el infierno”.

Crazy train (Ozzy Osbourne): “sabemos que tu tren de vida no es tan descarriado y extravagante como la de Ozzy; pero por ser esta canción una de tus favoritas, al menos podríamos asociarla al hecho de que fue una “loca carrera” la culpable de tu deceso. Algo más: si mueres te encontrarás con el gran Randy Roads y su fascinante guitarra, adonde quieran que estén.

Another brick in the wall (Pink Floyd): “un homenaje a tu paso por la Tierra: conseguistealgunas cosas que te propusiste, otras no. Pero en líneas generales, el balance es positivo. El muro que has legado a tus herederas mide tan alto como te lo propusiste”.

“Otra posibilidad es de que mueras fusilado. Claro que tendría que ser en algún país asiático o africano, porque en el tuyo la pena de muerte está abolida y en Estados Unidos la inyección letal es el castigo máximo. Para esta ocasión, pide al encargado del pelotón que te permita escuchar, por última vez, White Rabbit (Jefferson Airplane). Sabemos que esta canción tiene poco que ver con balas o guerra; solo la escogemos porque te fascina y, además, porque su crescendo de redobles le pondría tensión y suspenso a los disparos de los rifles. Tu musa, Grace Slick, con su gélido aliento, ni bien acabe de entonar el “feed your heaaaad” daría perfecto pie a la ráfaga que perforará tu humanidad”.

“Puede ser, asimismo, que un día de estos, te encuentres caminando por la calle y que a una bala perdida se le ocurra ponerse a buen recaudo en el interior de uno de tus órganos vitales. Para esa eventualidad, tu lenta y dolorosa agonía, mirando al cielo y rodeado de paramédicos, podría quedar encuadrada con Too old to rock and roll, too young to die (Jethro Tull). Amalgama de rock progresivo, folk y blues con fuertes pinceladas barrocas y renacentistas, la desgarradora cadencia de esta canción provoca el despertar de sensaciones sombrías que todos alguna vez experimentamos en nuestras vidas.”

“Por último. Si algún día decides acabar con tu vida y recurres a la autotortura te recomendamos el The Final Countdown, de Europe. ¿Por qué razón? Pues porque en tu vida habías escuchado un disco de rock (¿?) tan monótono, artificial y meloso. En eso estamos de acuerdo contigo. Y pensar que Wiki le da categoría de hard rock a este grupete gestado en algún casting para modelos de ropa de cuero. Increíble. Flaco favor le hizo al rock sueco esta ilustre partida de monigotes oxigenados”.

“Estas son algunas alternativas. Quedan otras por dilucidar pero te las daremos a conocer en tu siguiente ataque de insomnio y delirio. Buena suerte y de ti depende que te aguardemos en algún lugar de la dimensión desconocida. Tuyos por siempre. Tánatos y Euterpe”.

Esa fue la respuesta de los dioses. Después de este ejercicio mental involuntario, ahora deseo menos traspasar la frontera que separa la vida de la muerte. De vez en cuando sufrimos de inevitables ideas trasnochadas a los que hay que encarar con alguna ingeniosa o disparatada (si se quiere) estratagema.

Como conclusión a todo esto, es que tengo muchas ganas de disfrutar de estos y otros clásicos del rock en vida, porque hay todavía mucho camino por recorrer y recitales a los cuales asistir. Ya habrá tiempo de encontrarme con Hendrix, Jones, Moon, Joplin, Cobain, Lennon y otros ídolos eternos, pero ojalá que pase mucho tiempo para que ello ocurra (espero).

Ahora, siendo ya las 6 a.m., siento que mis párpados se cierran. Gracias a Tánatos y Euterpe me han dado ganas de dormir y también de escuchar la cautivante Dream # 9, del gran John. Buenos días.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Whitesnake en Lima: la noche blanca de la serpiente


Las bandas de rock clásico reculan en su pasado para medrar en el presente. Las más inveteradas se rinden tributo a sí mismas apelando a fórmulas pretéritas pero exitosas; otras, más desarraigadas, intentan dar un salto feroz hacia adelante, pero tropiezan al sofisticar su música, borrando así las sensaciones vibrátiles que los hicieron figuras estelares, en su momento.

Whitesnake encaja en ambas categorías, y a la vez, pone de relieve todo lo contrario.

Me explico: si bien Coverdale y compañía reptan en forma inevitable por los parajes del ayer, sus interpretaciones de hoy exudan una permeabilidad que ha sido modulada sobre la base de arreglos modernos; lo que hace que sus canciones no suenen gastadas, no hiedan la atmósfera de naftalina, pero tampoco pierdan su espíritu genuino.

La noche del martes 20 de mayo, los cerca de 4,000 asistentes al Anfiteatro del Estadio Nacional de Lima, fueron testigos de cómo Doug Aldrich y Reb Beach –primera y segunda guitarra, respectivamente- respetan el legado heredado por los virtuosos Micky Moody, John Sykes, Adrian Vanderberg y Bernie Madsen. Ello no impide, sin embargo, que ambos rocíen de frescura a las versiones clásicas del grupo. Asimismo, Aldrich y Beach aportan dureza y solidez a la banda y tienen tiempo para demostrarlo, porque Coverdale, muy al contrario de otros tiempos, se los permite. En efecto, Coverdale toma las cosas con criterio y, hoy, entre canción y canción, descansa para que el resto de la banda tome vuelo y eleve al público a las alturas más brutales que uno pueda imaginar.

Esa noche, Coverdale se dio su tiempo para reconfirmar su condición de frontman de leyenda. Podrá ser acusado de fachero, sobrado y hasta presumido, pero en cada segundo que bulle en el escenario brinda su alma y su voz sin ambages. Sus requiebres corporales, su danza orgiástica con el micro y sus frases irreverentes sin llegar a ser agresivas o cachacientas (“este público de Lima me calienta los pezones”, “esta cerveza está fuckin’, debe ser peruana”, “Qué gente más fucking god tengo hoy”) embaucaron al respetable, e inclusive convencieron a aquellos que solo lo conocían como ese “rubio metalero” que cantaba Is this love.

Sobre la condición de la garganta de Coverdale, cabe mencionar que pese a que sus tonos altos ya no lo son tanto, a consecuencia de la inevitable caída por el despeñadero del tiempo, las interpretaciones mantienen su prestancia gracias, justamente, al revestimiento que le brindan las voces de Aldrich, Beach y Durry.

Las canciones
El debut de las excelentes Best years, Can you hear the wind blows? y Lay down your love (extractos del nuevo disco Good to be bad, lanzado en abril de 2008) dieron por sentado de que el grupo ha decidido experimentar una vuelta afortunada a la mixtura rockeril y bluesera de sus inicios.

La tan ansiada y esperada Fool for your loving encendió los ánimos de la concurrencia, que intentaba reproducir, a través de sus gritos, la misma noche eufórica vivida en el Rock en Río de 1985. Se oyó la despabilante Love ain’t no stranger, con la cual Coverdale aprovechó para rendir un homenaje en vida a uno de los ex rostros más connotados de la banda: Mel Galley, quien en abril de este año confesó, públicamente, que padece de cáncer terminal y que le quedan pocos meses de vida.

Del glamoroso, incomprendido pero multimillonario álbum de 1987 sonaron Give me all your love, en el que la voz de Coverdale alcanzó cotas de agudeza electrificantes; la rotunda Here I go again; Still of the night, lo más hard que se escuchó en la noche, con guitarras amplificadas al borde del cortocircuito; la ultrapedida Is this love, y Crying in the rain, esta última interrumpida en la mitad para dar paso a la fantástica ráfaga percutiva de Chris Frazier (apodado “el señor de los platillos”) y al coloquio de cuerdas lacerantes entre las Fender de Aldrich y Beach.

Los ánimos se aquietaron con The deeper the love, en su versión desconectada; se volvieron a levantar con la clásica Ain’t no love in the heart of the city; y Guilty of love, con el que se puso broche de oro al repaso del repertorio del grupo.

El cierre del recital, como no podía ser de otra manera, vino con un medley de Deep Purple (Burn /Stormbringer); de aquellas épocas en las que Coverdale ya tenía en la cabeza transformarse en un reptil blanco y con alma inmortal.

A estas alturas de la noche, el público agonizaba de éxtasis por efecto del veneno de la serpiente y poco le importaba si faltaba algún surco de álbumes epónimos del grupo. Nos hubiera gustado escuchar algo del excelente Trouble (1978) o del Love hunter (1979).

Si habría que calificar el show con una sola palabra esta sería: contundencia. La noche vivida en Lima confirmó que la fuerza constrictora y arrolladora de la Serpiente Blanca continúa vigente.


SET LIST:

INTRO
Best years Good to be bad - 2008
Fool for your loving
Ready an’ willing 1980
Can you hear the wind blows? Good to be bad - 2008
Love ain’t no stranger
Slide it in 1984
Lay down your love
Good to be bad - 2008
Is this love
Whitesnake 1987
Crying in the rain
Whitesnake 1987
The deeper the love
Slip of the tongue 1989
Ain’t no love in the heart of the city (cover) Snakebite 1978
Guilty of love
Slide it in 1984
Give me all your love
Whitesnake 1987
Here I go again
Saints & Sinners 1982 / Whitesnake 1987
Still of the night
Whitesnake 1987
Medley: Burn /Stormbringer Deep Purple

martes, 13 de mayo de 2008

Cabezas de tapa

Divertimento para melómanos.

Billy Idol: "Washing with myself"


Annie Lennox: "There must be an angel (playing with my face)"


Kris Kristofferson: "Surreal Shaving"


Mick Hucknall (Simly Red): "Holding back the years...on a table"


Olivia: "I honestly love...your face"


Demis Roussos: "Forever and ever...on your body"


Kenny Rogers: "Islands in the street"



Madvillain: "One beer... one cookie, one coffee"


John Lennon (Eagle): "A day in a plane"




Más información:

miércoles, 7 de mayo de 2008

¿Con cuál versión te quedas?

Helter Skelter es una estupenda canción pero con injusta mala fama. Todo por culpa del lunático de Charles Manson, quien declaró que se inspiró en esta para planear la orgía de sangre que le costó la vida a la modelo Sharon Tate, en ese entonces (1969), esposa del cineasta Roman Polanski.

Catalogada como el primer hard-rock de la historia y una de las creaciones más influyentes de The Beatles, Helter Skelter ha logrado sacudirse de las malas vibras para ser homenajeada, en vivo y en estudio, por grupos de enorme repercusión mundial, que le han impuesto su propio sello y estilo.

Entonces ¿Cuál es las siguientes versiones de HELTER SKELTER te gusta más?

LA FIRME

The Beatles: Incluida en el White Album, de 1968. Por fortuna, casi siempre es olvidada por las radioemisoras cuando se les ocurre armar un especial en homenaje a los Fab Four. Esa poca difusión, en lugar de rebajarla, la engrandece cada día más.


LAS OTRAS

U2: El grupo irlandés la interpretó en su gira Rattle And Hum, en 1988.





SIOUXIE AND THE BANSHEES:
Esta es la versión en vivo, pero la de estudio forma parte del álbum Nocturne, de 1983.



OASIS: La grabaron en 2000 y puede encontrarse en el disco Who feels love.




MÖTLEY CRÜE: Las pelucas metálicas la tocaron hace 25 años.




BON JOVI: La interpretaron en Johannesburgo (Sudáfrica), en 1995.




viernes, 2 de mayo de 2008

Canciones de guerra

De los muchos filmes que abordaron el conflicto bélico entre Estados Unidos y Vietnam, existen unos cuantos que, por su calidad en imagen, narración y sonido, han dejado una huella imborrable en la historia de la cinematografía mundial.

Si hablamos de bandas sonoras, estas películas han incluido canciones de los grupos y solistas que en los sesentas y parte de los setentas eran los más famosos y representativos. Las letras, en muchas de estas composiciones, eran verdaderos himnos en los cuales se narraban la feroz y sangrienta realidad que tuvo que afrontar toda una generación de jóvenes norteamericanos; antes, durante y después de dicho conflicto.

A continuación, presentamos una lista de películas que incluyeron en su banda sonora a canciones que, con el tiempo, se han ido convirtiendo en verdaderos clásicos de rock; y cuya valoración, en la mayoría de casos, ha sobrepasado la coyuntura bélica para las cuales fueron creadas.