
Entre los más fieros enemigos del P2P, figura Denis Olivennes, past-president de la cadena de tiendas FNAC y actual director del portal Nouvel Observateur. Este empresario francés encabeza una tenaz e inagotable batalla contra esta modalidad de obtención de archivos en internet, razón por la cual se le conoce como el gran Satán del ciberespacio.
Olivennes elaboró el 2007, a pedido del gobierno de Nicolas Sarkozy, un proyecto de ley para acabar con las descargas ilegales de internet, el mismo que acaba de ser aprobado por el Consejo de Ministros del país galo. Entre sus artículos, se puede leer uno que explica cómo cazar y, luego, castigar a quien “piratea”: “Una vez detectado se le avisa al internauta –primero por medio de un e-mail y luego por correo certificado- para que deje de descargar canciones y películas de forma pirata y, en caso de persistir, cortarle el acceso a Internet, por un periodo de entre tres meses y un año”.
Frente al cuestionamiento de que dicho procedimiento implicaría vigilar lo que cada uno hace con su conexión a Internet, y por lo tanto, socavar el derecho a la intimidad o la inviolabilidad de las comunicaciones; Olivienne responde que esta ley no contempla represiones severas ni multas sino advertencias previas. “Además, una vez que se haya cazado al pirata solo se sabrá la dirección IP de Internet, pero no se difundirá el nombre ni su domicilio pues esos datos solo serán conocidos por un grupo de jueces, que aplicarán la sanción respectiva en caso de persistir la falta”.
El "zar antidescargas" está seguro de que el consumo ilegal de las obras acabará por extinguir la cultura en todo el mundo. Su predicción se basa en el hecho de que en cinco años de piratería mundial se ha producido una disminución drástica, de entre el 30% y el 50% de las ventas de obras musicales: “No cabe duda de que las descargas son las principales responsables de la caída en picado del negocio musical” asevera.
Enfatiza que el riesgo de las descargas ilegales no es para las estrellas y consagrados, que cuelgan gratis sus discos en Internet -menciona a Prince, Radiohead, entre otros-, sino para los futuros artistas, porque los sellos discográficos no seguirán apoyando a aquellos artistas que generen pocos o nulos ingresos al verse socavados por estas descargas.
Frente a la realidad de que parte del problema es que los CD y DVD son aún muy caros, Olivenne afirma que de nada servirá si es que estos disminuyen sus precios y no se hace nada para frenar la piratería, pues la gente persistirá en acceder más a lo gratuito que a lo pagado, así la oferta sea a bajo precio.
Sin embargo, el empresario reconoce, al menos, que acabar totalmente con las descargas gratuitas será complicado: “Sabemos que no podemos acabar al 100% con el fenómeno pero lo importante es reconducir una parte importante de esas descargas hacia el consumo, sea gratuito o de pago, pero legal para que la industria de la cultura y la propia cultura puedan seguir existiendo” finaliza.
Fuente: El País, España
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