Esperé cerca de un cuarto de siglo para verlos en vivo y en directo. Veinticinco años que se fueron volando. ¿A quién debemos el milagro: a los audaces empresarios peruanos o a la mujer de Roger, paisana nuestra, que lo convenció para que convenciera al grupo de venir, so pena de dejarlo hambriento de sexo y amor por una larga temporada?
Ya no interesan las razones porque anoche por fin los tuve frente a frente. Admito que a las 8 y 40, ni bien se encendieron los reflectores y el escenario se tiñó de rojo, sentí el mismo entusiasmo adolescente que cuando compré el lp Arena en la desaparecida Discotienda Héctor Roca, en pleno jirón de La Unión, una tarde de octubre de 1984. Ese disco aún lo conservo de milagro, pese a mis cientos de mudanzas.
Ya no interesan las razones porque anoche por fin los tuve frente a frente. Admito que a las 8 y 40, ni bien se encendieron los reflectores y el escenario se tiñó de rojo, sentí el mismo entusiasmo adolescente que cuando compré el lp Arena en la desaparecida Discotienda Héctor Roca, en pleno jirón de La Unión, una tarde de octubre de 1984. Ese disco aún lo conservo de milagro, pese a mis cientos de mudanzas.
Sorprendió el buen estado de la voz de LeBon, lejos de aquellas afrentosas performances con voz "granjera" (por los gallos, gallinas y pollos). Roger Taylor estuvo en lo suyo. Nick Rhodes, magistral con el sintetizador que condensa el sonido "new-wevero" del grupo. Pero quien se llevó las palmas fue John Taylor y su "fuckin' bass".
!Extraordinario¡, simplemente.
Casi seguro que el 90% de los asistentes esperaba con ansiedad contenida escuchar las canciones clásicas del grupo, y, por supuesto, se salieron con su gusto: El repaso se inició con “Planet Earth”, luego continuaron “Hungry like a wolf”, “Save a prayer” (espléndido intro y final), “Is there something I should know” y “The reflex” (brillante, aunque sin la catarata resplandeciente del video).
Pero sin duda, las mejores tocadas fueron: "Notorious", "Serious" (impecable), "Wild boys" (contundente), "A view to a kill" y "The Chauffeur" (ambas con el alucinante teclado de Rhodes), "Girls on film", "Come undone", "Ordinary World" (irresistible), y, para cerrar, "Rio" (la más reclamada).
El repertorio se completó con canciones del "Red carpet massacre" ("The valley", "Red carpet massacre", "Nite Runner", "Falling Down" y "Skin Divers"), del "Thank You" ("White Lines"), del "Big Thing" ("I don't want your love") y del "Astronaut" ("Sunrise" y "Nice"). Todas de una etapa en la que el grupo rasgaba los charts sin lograr asentarse en el gusto masivo. Ello no le quita, por supuesto, la calidad musical de alguna de ellas, en especial las del "Astronaut".
Para mi gusto, las grandes ausentes fueron: "Careless memories", "New moon on monday", "Violence summer", "Union of snake" y "Electric barbarella". Ni modo, no se puede tener todo en la vida.
Lo poco grato: no es que sea fan ni nada por el estilo, pero si la gente reclama más espectáculos de este porte, debería justificar el esfuerzo con una mayor asistencia. Lo de ayer no fue lleno total, muchos vacíos. La reventa alrededor del Monumental de Ate barateó a sus anchas las entradas VIP (de precio real 150 soles) y las de Cortesía a tan sólo 20 ó 15 lucas. Y todavía quedaron muchas sin venderse.
Otra más: entre canción y canción, la multitud se quedaba paralizada y fría: ni aplausos ni gritos ni "otra más, otra más". Se notó que faltaron los stands cheleros.
La última: el guitarrista es bueno pero se siente la ausencia de Andy Taylor, tanto en las cuerdas como en presencia. Take it easy man...tu momento está por llegar.
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