Un viernes cualquiera. Estoy cómodamente sentado frente a la “compu” y me topo con una noticia acerca del gran David Byrne, amigo y socio musical de nuestra “Susan Cow” (Susanita Baca) y gran cultor de rock-fussion; sí, ese experimento que recorre el mundo para cruzarse (en algunos casos prostituirse) con cuanto ritmo halle en su camino.
Esta vez al gran David no se le ocurrió mejor idea que “homenajear”, en su particular estilo, a Imelda Marcos, exquisita coleccionista de zapatos y ex esposa del dictador filipino Ferdinand Marcos; político rufián que se gastó parte de su mal habida fortuna en comprarle miles de pares zapatos a su mujercita quien, dicho sea de paso, no estaba nadita pero nadita mal en los años sesentas, cuando fue desairada públicamente por Los Beatles, al negarse éstos a visitarla en su palacio. Cuentan que la -en ese entonces- guapa pero derrochadora Primera Dama, no aceptó ese vil trato y puso a todos los filipinos contra los Beatles, quienes tuvieron que salir volando de las islas.
En fin, esa es tan sólo una perlita de la viuda de Marcos, a quien en esta ocasión Mr. Byrne revive para rendir “tributo”. Sin embargo, dice el cable que esta vez las cosas no fueron del todo positivas para el ex Talking Heads, y que “la serie de canciones inspiradas en la vida de Imelda, no consiguieron que la crítica neoyorquina se pusiera de acuerdo”. Es decir, aplausos a rabiar de algunos críticos fans, palmas tibias de otros menos blandos, bostezos en la parte central y uno que otro sílbido desde la galería.
“Para The New York Times -dice el cable-, el concierto (de Byrne) en el Carnegie Hall resultó una actuación cuya rareza crecía por momentos, y asegura que la mejor parte fueron las irónicas palabras con que Byrne presentó los temas”.
“La revista Time, sin embargo, alaba la interpretación que Byrne realizó de veinte temas extraídos de su próxima producción multimedia sobre la vida de Imelda Marcos, 'Here lies love' (Aquí yace el amor)”.
Esta vez al gran David no se le ocurrió mejor idea que “homenajear”, en su particular estilo, a Imelda Marcos, exquisita coleccionista de zapatos y ex esposa del dictador filipino Ferdinand Marcos; político rufián que se gastó parte de su mal habida fortuna en comprarle miles de pares zapatos a su mujercita quien, dicho sea de paso, no estaba nadita pero nadita mal en los años sesentas, cuando fue desairada públicamente por Los Beatles, al negarse éstos a visitarla en su palacio. Cuentan que la -en ese entonces- guapa pero derrochadora Primera Dama, no aceptó ese vil trato y puso a todos los filipinos contra los Beatles, quienes tuvieron que salir volando de las islas.
En fin, esa es tan sólo una perlita de la viuda de Marcos, a quien en esta ocasión Mr. Byrne revive para rendir “tributo”. Sin embargo, dice el cable que esta vez las cosas no fueron del todo positivas para el ex Talking Heads, y que “la serie de canciones inspiradas en la vida de Imelda, no consiguieron que la crítica neoyorquina se pusiera de acuerdo”. Es decir, aplausos a rabiar de algunos críticos fans, palmas tibias de otros menos blandos, bostezos en la parte central y uno que otro sílbido desde la galería.
“Para The New York Times -dice el cable-, el concierto (de Byrne) en el Carnegie Hall resultó una actuación cuya rareza crecía por momentos, y asegura que la mejor parte fueron las irónicas palabras con que Byrne presentó los temas”.
“La revista Time, sin embargo, alaba la interpretación que Byrne realizó de veinte temas extraídos de su próxima producción multimedia sobre la vida de Imelda Marcos, 'Here lies love' (Aquí yace el amor)”.
Sigue el cable: “Aunque The New York Times destaca el potencial del montaje ideado por Byrne y que cuenta con el sello musical del disc-jockey británico Fatboy Slim, no acaba de aprobar una interpretación que empezó 'estática y fría'”. Gulp!!!
”Acompañado en el escenario por dos cantantes, una banda rock y una pequeña orquesta, Byrne interpretó unas canciones en las que recoge, entre otras peculiaridades, las lujosas visitas que Imelda Marcos hacía a Nueva York, donde era una asidua al mítico club Studio 54”.
Me imagino que a Byrne le deben llegar a los nudillos de las zapatillas todas estas críticas, teniendo en cuenta la larguísima y exitosa trayectoria que tuvo con los Talking Heads, quienes de la mano (y el cerebro del gran David) siempre fueron a contracorriente e hicieron música que nadie se hubiera atrevido a pensar siquiera. Mi estimado David: no siempre se logra contentar a todo el mundo, tú bien lo sabes. En todo caso, si te afectaron las críticas, míralo por el lado amable: alguien, desde alguna parte del mundo, te agradecerá el “homenaje” enviándote un par de finos zapatos de colección para tu novia de turno.
Fuente: Terra, Efe
”Acompañado en el escenario por dos cantantes, una banda rock y una pequeña orquesta, Byrne interpretó unas canciones en las que recoge, entre otras peculiaridades, las lujosas visitas que Imelda Marcos hacía a Nueva York, donde era una asidua al mítico club Studio 54”.
Me imagino que a Byrne le deben llegar a los nudillos de las zapatillas todas estas críticas, teniendo en cuenta la larguísima y exitosa trayectoria que tuvo con los Talking Heads, quienes de la mano (y el cerebro del gran David) siempre fueron a contracorriente e hicieron música que nadie se hubiera atrevido a pensar siquiera. Mi estimado David: no siempre se logra contentar a todo el mundo, tú bien lo sabes. En todo caso, si te afectaron las críticas, míralo por el lado amable: alguien, desde alguna parte del mundo, te agradecerá el “homenaje” enviándote un par de finos zapatos de colección para tu novia de turno.
Fuente: Terra, Efe
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