Allá por 1986, a los 16 años, oí en la radio una melodíosa canción que, por entonces, había alcanzado el primer lugar en el ranking Billboard, y que llevaba nombre de mujer: Amanda; interpretada por un grupo llamado Boston. En ese momento, tanto Boston como el mismísimo nombre de Amanda me parecieron toda una novedad. Nunca antes en mi vida había conocido a Amanda alguna, ni había oído a Boston en ninguna parte.
La canción, a pesar de ser muy buena, no logró la popularidad que se merecía, puesto que, por esa época, muchos jóvenes ya andaban comprometidos con el rock en castellano, y muchos otros habían sido absorbidos por la salsa y el merengue. Amanda comenzaba muy suavecita, con un juego de cuerdas metálicas desde donde fluía la letra con lentitud y parsimonia hasta que, llegado el clímax, la voz principal despuntaba y destilaba potencia y energía, acompañada de un solo de guitarra que luego descubrí era el sello de distinción del grupo.
A medida que pasaron los años y mi interés “arqueológico” por el rock clásico fue acrecentándose, descubrí otras grandiosas piezas musicales interpretadas por Boston, entre las que destacan: Piece of mind, More than a feeling, Dont´look back, Smoking, y otras estupendas canciones que obtuvieron un gran suceso entre mediados de los setenta y comienzos de los ochenta.
Más de veinte años después de haber escuchado Amanda, en las voces de Brad Delp y Tom Scholz, los líderes de Boston, me entero que Delp, el barbudo cantante y dueño de aquella potente y dorada voz, fue encontrado muerto en su hogar en el estado de New Hampshire (EEUU), a la edad de 55 años.
Con Boston, Brad Delp y Tom Scholz consiguieron integrar sus voces de tan buena forma que amalgamaron unos discos inolvidables que están entre los más representativos del rock clásico. A lo largo de su historia, Boston grabó seis discos de larga duración, cada uno mejor que el otro; no obstante, al margen de su gran aporte musical, el grupo se caracterizaba por la originalidad en cuanto al diseño de las tapas de sus albumes, plagadas de imágenes interplanetarias, en donde las naves espaciales y platillos voladores surcaban el espacio o le daban una vuelta al globo terráqueo.
En los últimos años, tras su aventura con Boston, Delp formó un grupo bautizado como RTZ, con el cual obtuvo mediana resonancia. En 1994, Delp formó Bettle Juice, agrupación tributo a los Beatles, los mismos que, según él, constituyeron su mayor influencia musical. Sin embargo, Delp y Scholz se juntaban eventualmente como Boston para realizar presentaciones musicales, como aquella última que se llevó a cabo en noviembre de 2006, en el Salón Sinfónico de Boston, en el estado de Massachusetts.
Hasta siempre Brad Delp!!!!
La canción, a pesar de ser muy buena, no logró la popularidad que se merecía, puesto que, por esa época, muchos jóvenes ya andaban comprometidos con el rock en castellano, y muchos otros habían sido absorbidos por la salsa y el merengue. Amanda comenzaba muy suavecita, con un juego de cuerdas metálicas desde donde fluía la letra con lentitud y parsimonia hasta que, llegado el clímax, la voz principal despuntaba y destilaba potencia y energía, acompañada de un solo de guitarra que luego descubrí era el sello de distinción del grupo.
A medida que pasaron los años y mi interés “arqueológico” por el rock clásico fue acrecentándose, descubrí otras grandiosas piezas musicales interpretadas por Boston, entre las que destacan: Piece of mind, More than a feeling, Dont´look back, Smoking, y otras estupendas canciones que obtuvieron un gran suceso entre mediados de los setenta y comienzos de los ochenta.
Más de veinte años después de haber escuchado Amanda, en las voces de Brad Delp y Tom Scholz, los líderes de Boston, me entero que Delp, el barbudo cantante y dueño de aquella potente y dorada voz, fue encontrado muerto en su hogar en el estado de New Hampshire (EEUU), a la edad de 55 años.
Con Boston, Brad Delp y Tom Scholz consiguieron integrar sus voces de tan buena forma que amalgamaron unos discos inolvidables que están entre los más representativos del rock clásico. A lo largo de su historia, Boston grabó seis discos de larga duración, cada uno mejor que el otro; no obstante, al margen de su gran aporte musical, el grupo se caracterizaba por la originalidad en cuanto al diseño de las tapas de sus albumes, plagadas de imágenes interplanetarias, en donde las naves espaciales y platillos voladores surcaban el espacio o le daban una vuelta al globo terráqueo.
En los últimos años, tras su aventura con Boston, Delp formó un grupo bautizado como RTZ, con el cual obtuvo mediana resonancia. En 1994, Delp formó Bettle Juice, agrupación tributo a los Beatles, los mismos que, según él, constituyeron su mayor influencia musical. Sin embargo, Delp y Scholz se juntaban eventualmente como Boston para realizar presentaciones musicales, como aquella última que se llevó a cabo en noviembre de 2006, en el Salón Sinfónico de Boston, en el estado de Massachusetts.
Hasta siempre Brad Delp!!!!
2 comentarios:
Si hasta siempre brad delp, mi grupo favorito clasico y hasta ahora me saca de muchos malos ratos y me hipnotiza con esa hermosa combinacion de arte y rock que tuvieron, una de las mejores voces a mi parecer y un gran interprete del cual soy seguidor a muerte, buena nota amigo este es mi email por si deseas intercambiar gustos musicales
flaquito_@msn.com
Boston nunca fue ni será el mismo sin Brad Delp. el sonido de la banda se acoplaba perfectamente con la tonalidad vocal de Brad, lo que no ocurre en los últimos albums. Es difícil aceptar hasta ahora que Brad se haya ido.
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