jueves, 16 de abril de 2009

CANCIONES PARA MI MUERTE (Reciclaje)

En una de esas tantas noches en las que caí víctima del insomnio, en lugar de recurrir al clásico método de contar ovejitas, no pude evitar que se aglomeraran en mi mente ideas delirantes sobre cómo sería mi muerte. La pregunta saltaba en mi cabeza una y otra vez sin que pudiera hacer algo.

En determinado momento, sentí una terrible angustia de que esas posibilidades fueran a concretarse en un cercano plazo. Intenté por todos los medios purgarlas de mi mente, pero fue inútil. Al parecer, mis neuronas habían planeado una insurrección y gobernaban con insanía y a su antojo mis pensamientos. Al notar que era imposible encontrar sosiego, tiré la toalla y, con resignación, me dispuse a pasar la peor noche de mi vida.

Al poco rato, casi de la nada, se me ocurrió combatir la angustia viendo el lado amable a este impulso tanático involuntario. ¿Cómo así? Pues en lugar de sólo centrarme en las diversas formas de decir adiós a este mundo, se me ocurrió ponerle letra y música a cada una de ellas. Tras varios intentos de listar los temas, no hallé nada rescatable. Perdido y con la ilusión extinguida, casi al borde de las tres de la madrugada, no se me ocurrió más idea que encomendarme a Tánatos (dios de la muerte) y a la eternamente animada Euterpe (diosa de la música y las artes), con la finalidad de que interpusieran sus divinas sabidurías en mi beneficio.

A ambos les pedí consejos sobre qué canción o canciones serían las más apropiadas musicalizar mi partida de este mundo cruel. Di por sentado que ambos conocían de música, y en especial de rock, así que confié ciegamente en su buen juicio. Luego de enviado el mensaje me quedé tendido en la cama, con la mirada clavada en el techo en medio de la oscuridad, esperando ansiosamente su respuesta.

Como buenos dioses, Tánatos y Euterpe se tomaron su tiempo, pero al final, casi a golpe de cinco de la mañana recibí su atenta contestación; la misma que a continuación detallo:

“Estimado Eagle: te somos sinceros al decirte que no es frecuente recibir este tipo de solicitud y menos a una hora tan inapropiada. Está bien que seamos dioses, pero también merecemos descansar y recobrar energías para las duras jornadas que a diario tenemos que cumplir para que tus congéneres intenten vivir bien o al menos vivir. Sin embargo, creemos que tu consulta, entre disparatada y chiflada para nuestro gusto, encaja en la lista de nuestros deberes y obligaciones para con ustedes, simples mortales”.

“Nos cuentas que andas medio peleado con el dios Morfeo y que en tu cabeza ha estallado una revolución neuronal que ha tomado el mando de tus pensamientos. No te preocupes, que esto suele sucederle a mucha gente de tu edad y condición con bastante frecuencia. Lo mejor que has podido hacer es buscar ayuda para hallar el lado menos truculento al asunto. Ni bien recibí tu mensaje, nextelée a Tánatos para juntos empezar a cavilar y responder a tus requerimientos. A continuación, te detallo algunas de nuestras humildes sugerencias:”

“Si alguna vez te encuentras postrado en la cama de un hospital, conectado a varios tubos y con tus pulsaciones casi en cero, en espera de un milagro que te permita seguir entre los mortales; entonces, alguien que haya leído este post, previamente, debe instalar un minicomponente que toque las siguientes canciones:


In a Gadda da Vida (Iron Butterfly): “aguzará tus sentidos y te armará de valor para emprender el largo y perpetuo vuelo cósmico hacia destinos ignotos”.




Destiny (Stratovarius): “sencillamente, porque desde que venimos a este mundo todo está escrito, y nada ni nadie será capaz de cambiar nuestro derrotero”.




In the Court of Crimson King (King Crimson): “¿Conoces a alguien que no se haya atragantado de la aflicción y melancolía al escuchar el riff de esta canción? Esta melodía provocará mares e inundaciones de lágrimas alrededor de tu lecho”.




I’m goin’ home (Ten Years After): “No todo tiene que ser negativo. En medio de la incertidumbre no caería mal un poco de optimismo. Quién sabe, a lo mejor, la estremecedora guitarra de Alvin Lee obra un milagro y te saca del estado de coma”.




Fear of the dark (Iron Maiden) y The Dark side of the moon (Pink Floyd): “El hecho de que dejes este mundo no significa que tu alma quedará flotando en medio de las tinieblas. La gruta ciega será una escala temporal hacia una luz brillante que, sin duda, dará lugar a una nueva versión tuya, pero mejorada”.







“De igual manera, dado que gustas de viajar -aunque últimamente te hayas inclinado por el sedentarismo-, entonces lo más probable es que encuentres la muerte sentado en un ómnibus, avión o tren. En cualquiera de estos casos, al encontrar los peritos tu cadáver y tus pertenencias, la pantalla de tu Ipod podría aparecer con las siguientes lecturas:

Stairway to heaven (Led Zeppelin): “qué mejor que un clásico para reservar un espacio en el cielo, aunque el tema no tenga nada que ver con la muerte. Sin embargo, corres el riesgo de que tu subconsciente capte la letra de este tema al revés y, sin querer, acabes con tus restos en una ardiente butaca en el infierno”.





Crazy train (Ozzy Osbourne): “sabemos que tu tren de vida no es tan descarriado y extravagante como el de Ozzy; pero por ser esta canción una de tus favoritas al menos podríamos asociarla al hecho de que fue una “loca carrera” la culpable de tu deceso. Algo más: si mueres te encontrarás con el gran Randy Roads y su fascinante guitarra, donde quiera que estén.




Another brick in the wall (part II) (Pink Floyd): “un homenaje a tu paso por la Tierra: conseguiste algunas cosas que te propusiste, otras no. Pero en líneas generales, el balance es positivo. El muro que has legado a tus herederas mide tan alto como te lo propusiste”.




“Otra posibilidad es de que mueras fusilado. Claro que tendría que vivir en algún país asiático o africano, porque en el tuyo la pena de muerte está abolida y en Estados Unidos la inyección letal es el castigo máximo. Para esta ocasión, pide al encargado del pelotón que te permita escuchar por última vez, White Rabbit (Jefferson Airplane). Sabemos que esta canción tiene poco que ver con balas o guerra; solo la escogemos porque te fascina y, además, porque su crescendo de redobles le pondría tensión y suspenso a los disparos de los rifles. Tu musa, Grace Slick, con su gélido aliento, ni bien acabe de entonar el “feed your heaaaad” daría perfecto pie a la ráfaga que perforará tu humanidad”.




“Puede ser, asimismo, que un día de estos, te encuentres caminando por la calle y que a una bala perdida se le ocurra ponerse a buen recaudo en tu cuerpo. Para esa eventualidad, tu lenta y dolorosa agonía, mirando al cielo y rodeado de paramédicos, podría quedar encuadrada con Too old to rock and roll, too young to die (Jethro Tull). Amalgama de rock progresivo, folk y blues con fuertes pinceladas barrocas y renacentistas, la desgarradora cadencia de esta canción provoca el despertar de sensaciones sombrías que todos alguna vez experimentamos en nuestras vidas.”




“Por último. Si algún día decides acabar con tu vida y recurres a la autotortura te recomendamos el The Final Countdown, de Europe. ¿Por qué razón? Pues porque en tu vida habías escuchado un disco de rock (¿?) tan malo, monótono, artificial y meloso. En eso estamos de acuerdo contigo. Y pensar que Wiki le da categoría de hard rock a este grupete gestado en algún casting para modelos de ropa de cuero. Increíble. Flaco favor le hizo al rock sueco esta ilustre partida de monigotes oxigenados”.



“Estas son algunas alternativas. Quedan otras por dilucidar pero te las daremos a conocer en tu siguiente ataque de insomnio y delirio. Buena suerte y de ti depende que te aguardemos en algún lugar de la dimensión desconocida. Tuyos por siempre. Tánatos y Euterpe”.

Esa fue la respuesta de los dioses. Después de este ejercicio mental involuntario, ahora deseo menos traspasar la frontera que separa la vida de la muerte. De vez en cuando sufrimos de inevitables ideas trasnochadas a los que hay que encarar con alguna ingeniosa o disparatada estratagema.

Como conclusión a todo esto, es que tengo muchas ganas de disfrutar de estos y otros clásicos en vida, porque hay todavía mucho camino por recorrer y recitales a los cuales asistir. Ya habrá tiempo de encontrarme con Hendrix, Jones, Moon, Joplin, Cobain, Lennon y otros ídolos eternos, pero ojalá que pase mucho tiempo para que ello ocurra (espero).

Ahora, siendo ya las 6 a.m., siento que mis párpados se cierran. Gracias a Tánatos y Euterpe me han dado ganas de dormir y también de escuchar la cautivante Dream # 9. Buenos días y descansen...en paz.


1 comentario:

bego dijo...

bacán reciclar el post con las canciones para oír. había unas cuantas que no manyaba.

besito,

b